1. El movimiento espontáneo


El movimiento espontáneo nos ha formado en la gestación, nos ha hecho nacer, crecer y nos mantiene vivos.

Mediante espontáneos movimientos internos y movimientos externos realizamos nuestras funciones vitales y expresamos nuestra vida.

Cuando las exigencias del entorno, el condicionamiento o la inhibición nos impiden manifestarnos, no podemos realizar nuestro movimiento espontáneo, acumulamos la vitalidad inhibida y nuestro organismo se debilita.

El bloqueo persistente del movimiento externo repercute en el movimiento interno causando el trastorno físico y el malestar psíquico: la pérdida de la salud.

Cuando el movimiento espontáneo cesa, la vida se extingue.