Cultivar tu propio movimiento espontáneo


Tu movimiento espontáneo te ha originado como embrión, te ha conformado como feto, te ha hecho nacer, crecer y te mantiene vivo.


Mediante espontáneos movimientos internos y externos realizamos nuestras funciones biológicas y nuestras actividades psíquico-mentales y así desplegamos nuestro ser.


Cuando las exigencias del entorno, el condicionamiento o la inhibición nos impiden expresar nuestra vida, no podemos realizar nuestro movimiento espontáneo, acumulamos la vitalidad inhibida y nuestro organismo se debilita.


El bloqueo persistente de alguno de los movimientos espontáneos es la causa interna del trastorno físico y del malestar psíquico, de la pérdida de la salud.
Pero entonces nuestro organismo realiza también movimientos espontáneos para recuperar su propia coordinación y nuestro bienestar natural.


Darse cuenta de ellos y seguirlos llanamente sin ningún control o dirección preconcebida es la práctica de katsugen undo: movimiento que origina y recupera la vitalidad.


En yuki, atendemos con las manos alguna zona excesivamente tensa, preferentemente en la columna vertebral; en esta comunicación agradable, se restablece su movimiento natural.


En gyoki, concentramos la atención en la respiración a lo largo de la columna vertebral.


Las prácticas de gyoki, katsugen undo y yuki disminuyen el exceso de tensión, amplían la respiración pecto-ventral y nos permiten recuperar la vitalidad de nuestro ser.

Luis Alonso Polo